
MI CAMINO
De niña que “no comía” a cocinera macrobiótica que disfruta, y mucho, tanto en la mesa como detrás de los fogones.
¿Cómo pasé de una cosa a la otra?
Mi madre es una cocinera excelente. Aún así, durante mi infancia, la hora de comer solía ser problemática. Las razones eran varias, pero se podrían resumir en que mi cuerpo y mi mente buscaban algo diferente.
A medida que crecí, fui comiendo más, pero me seguía sintiendo atraída hacia otro tipo de alimentación. No sabía por dónde empezar, solo que debía ser a base de vegetal. En aquella época no encontré referentes cercanos de aquello que buscaba y aparentemente tenía buena salud, así que mi proceso hacia el cambio de alimentación tardó en llegar.
Me licencié en filología francesa y obtuve un diploma en arte dramático. Durante muchos años, me dediqué al teatro de títeres, fui practicante de yoga Iyengar y asistí a incontables sesiones de psicoterapia.
A todas y cada una de esas disciplinas les debo mucho, sin embargo, fue la macrobiótica la que dio un giro radical a mi vida, con 36 años. Con ella llegaron mejorías físicas y mentales. A los 39 entré a formar parte del equipo de cocina de Cuisine et Santé (Saint Gaudens, Francia) y más tarde, pasé a ser la jefa de cocina del establecimiento.
Dejé de comer lo que solía comer y eso me llevó a cambiar de localidad, de profesión y de entorno social. Abrí una puerta que sigue apasionándome y que me permite levantarme cada día con ilusión y agradecimiento.
Actualmente vivo en Euskadi en un lugar mágico rodeada de cazuelas y árboles. Comparto mi experiencia y conocimientos por medio de este blog y de las clases que imparto en diferentes formatos y lugares (más información en Actividades), A la vez que sigo formándome como cocinera y devorando publicaciones sobre alimentación y salud.
Aina March
