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  • Foto del escritorTRES PLANTAS cocina macrobiótica

MEMBRILLO SIN MEMBRILLO

Actualizado: 26 oct 2021




Ingredientes

polenta precocida, dátiles y fresas


Proporción

5 medidas de líquido, 1 medida de polenta, 3 medidas de fresas cocidas, 1 medida y 1/2 de dátiles hidratados y troceados y un poco de sal



ELABORACIÓN


Es temporada de fresas y aunque se suelen consumir frescas, debido a que su tiempo de conservación es muy corto, puede ser útil conocer recetas para mantener, unos días más, en buen estado esas fresas que nos han sobrado. Para que te hagas una idea, esta preparación se conserva perfectamente una semana en mi despensa (que es bastante fresca).


Dicho esto, voy con la receta.


Mide con una tacita, un vaso o un recipiente más grande, según tus necesidades.

Yo uso 1 tacita y me salen unas 6 raciones. Para esta cantidad, necesito, más o menos, 1/2 kg de fresas crudas, 7 dátiles y 1/2 cucharada de postre rasa de sal marina sin refinar.


Te recomiendo que la noche antes dejes los dátiles cubiertos de agua para que se hidraten, así será más fácil triturarlos al día siguiente. Si no te acuerdas, también puedes hacerlo una hora antes con agua bien caliente.


Para la cocción de las fresas, puedes seguir los mismos pasos que expliqué para cocer las manzanas en la receta de las empanadillas de manzana. Es decir, lávalas y córtalas en trozos no muy grandes, ponlas en una olla o cazuela, sin agua, con tapa y deja que cuezan a fuego bajo. Les puedes añadir una pizca de sal para que salga su propia agua y además realce su sabor. Remueve de vez en cuando y regula el fuego si es necesario. Cuando estén bien blanditas, apágalo.


En un recipiente pon las fresas cocidas, su excedente de agua, los dátiles hidratados, deshuesados y troceados, su agua de remojo y tritúralo todo. Seguramente tendrás que añadir un poco de agua para llegar a las 5 medidas. Pon estas 5 medidas de líquido espeso en una olla o cazuela y enciende el fuego. Añade la sal.


A continuación prepara las varillas manuales, una lengua o espátula de silicona o una pala de madera y el recipiente en el que se enfriará y tomará forma el "membrillo". Deja caer unas gotas de agua en este recipiente y espárcelas con la mano, eso ayuda a que la polenta se extienda con más facilidad posteriormente. Realiza estos preparativos antes de que empiece la ebullición porque luego vas a tener que remover constantemente y ya no podrás hacerlo. Por otro lado, al apagar el fuego, cuanto más rápido vuelques la polenta en el recipiente, mejor. Al cabo de unos minutos es menos maleable.


Al igual que en la receta de bastones de polenta con col de Milán y zanahoria, cuando el líquido hierva, vierte la polenta en forma de lluvia para que no se hagan grumos. Mientras, remueve enérgicamente con las varillas manuales.


Cuando se haya espesado, sigue removiendo con la espátula. Ahora ya puedes remover más tranquilamente, pero asegúrate de rascar el fondo y que éste no se pegue. Ve graduando el fuego. Si no hay burbujas no cuece, pero si hay demasiadas te puedes quemar con las salpicaduras. Recuerda que yo suelo ponerme un guante de horno para evitar sustos.


Debes remover 20 minutos, que es el tiempo necesario para que la polenta precocida quede realmente cocida.


Al apagar el fuego, con cuidado pero rápidamente, vierte la polenta en el recipiente que hayas elegido. Yo suelo usar una cazuela de tamaño medio. Es probable que la masa sea bastante densa y te cueste volcarla y extenderla. Usa la espátula de silicona humedecida con agua, te ayudará.


Ya solo hay que esperar a que se enfríe y solidifique. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente, aunque debes contar un mínimo de 1h.


Una vez frío, podrás comerlo tal cual o servirlo decorado con frutas, frutos secos, etc. Debido a su textura, la polenta fría permite cortarla con la forma que desees, con un cuchillo o incluso con moldes de galletas, de modo que puedes conseguir presentaciones muy atractivas fácilmente.


Es cierto que el sabor de las fresas frescas se pierde, pero el resultado es sorprendentemente parecido al dulce de membrillo, tanto por su sabor como por su textura, lo cual puede ser interesante, ya que no siempre es fácil disponer de esta fruta. Por otro lado, la receta tradicional incluye azúcar u otros edulcorantes que te recomiendo que evites.


Finalmente, te invito a experimentar esta receta con otras frutas.


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fresa maíz palmera datilera



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